La fuerza de unas manos, para que cuando tus tobillos se cansen, los hombros de alguien te sirvan de fuerza al andar. Un ramo de abrazos, para que cuando los tropiezos te dificulten el andar, sean los ánimos una esperanza que te ayuden a continuar. Una estrella joven, para que cada vez que el sol descanse, sea esa fiel luz la que te acompañe.
Un pedacito de humildad, para que cuando los éxitos engrandezcan tu persona, sea la sabiduría el aire mágico que te haga valorar lo que otros desprecian al llegar a una nueva orilla. Mi cariño sincero, para que cuando sientas que nadie te acompaña, recuerdes que en paisajes verdes o valles áridos mi pensamiento siempre te lleva de la mano.
Hoy quiero obsequiarte... lo más bello que puedas recibir mientras transformas estas líneas en un espejo; donde la ternura que aquí encuentres y donde la belleza que aquí nazca, te dé la certeza de que no estás solo(a) en este lindo caminar de la VIDA.
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