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sábado, 31 de enero de 2009
New Age - Gnosticismo de nuestros días
El New Age es una nueva forma de practicar la “gnosis”, postura de espíritu que tergiversa la Palabra de Dios. (Juan Pablo II) El Gnosticismo es el nombre colectivo de un grupo de vagas y erróneas filosofías religiosas, las cuales han tratado de competir con el Cristianismo desde los comienzos de éste en el Siglo I, y que fueron condenadas como herejías desde los primeros Concilios de la Iglesia. El Gnosticismo trata de penetrar la esencia misma de la divinidad mediante una serie de enseñanzas y prácticas “ocultas”. Es ésta una tentación que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad y que ha resurgido con gran fuerza desde los años 60 hasta nuestros días. Consiste esta tentación en exaltar la razón humana y atribuirle poderes extraordinarios, apelando a una “sabiduría superior” que sería la verdadera religión y punto convergente de todos los caminos espirituales y místicos. (De la Instrucción Pastoral del Arzobispo de México sobre el “New Age”) Ya San Pablo, desde el comienzo del Cristianismo nos advertía contra la tendencia gnóstica de pretender penetrar “el secreto de Dios” : “Pido que tengan ánimo... para que logren penetrar el secreto de Dios que es Cristo, pues en Él están escondidas todas las riquezas de la sabiduría y del entendimiento. Se los digo para que nadie los engañe con discursos capciosos ...” (Col. 2,2-4) Y Juan Pablo II, representante de Jesucristo en la tierra, nos advierte al respecto en su bestseller Cruzando el Umbral de la Esperanza: “No debemos engañarnos pensando que el renacimiento de las antiguas ideas gnósticas en la forma de la llamada New Age pueda llevar a una renovación de la religión. Es solamente un nuevo modo de practicar la gnosis, esa postura de espíritu que en nombre de un profundo conocimiento de Dios, acaba por tergiversar Su Palabra”. En nuestros días esta desviación se está manifestando de una manera “aparentemente” invertebrada, como “casual”, que puede notarse en tendencias, comentarios y conceptos como los que siguen: Todas las religiones son iguales... Yo me construyo mi propio esquema de creencias ... Yo creo en Cristo, pero no en la Iglesia... Cristo fue solamente un gran profeta... Todas las creencias se pueden integrar en una sola religión... Re-encarnación... Todo es permitido; nada es pecado... La moralidad reprime la propia personalidad... Meditación a la oriental... Gurúes - Maestros - Mantras... Todo se puede lograr: sólo hay que proponérselo... Dios como energía... Canalización de espíritus ... Esta lista, que no pretende ser exhaustiva, forma parte de las maneras de manifestarse que tiene lo que se ha dado por llamar “New Age”. Y ... ¡cuántos incautos no están cayendo en estas falsas y peligrosas tendencias! ¡Qué apropiadas las palabras con que San Pablo continúa su Carta a los Colosenses (Cap.2), para representar lo que está sucediendo en nuestros días! “Cuídense de que nadie los engañe con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo”. Y así y todo, a pesar de la fe que recibimos en el Bautismo y lo que nos ha sido enseñado, hay muchos que están desviándose por caminos equivocados, engañados con teorías que no son más que patrañas; es decir, embustes y mentiras hábilmente forjadas para atrapar a gente bien intencionada. Continúa San Pablo: “Tengan por regla suprema a Cristo Jesús, el Señor, tal como se les enseñó. Permanezcan arraigados y edificados en El, apoyados en la fe, tal como fueron instruidos”. “Es en Cristo en quien habita corporalmente la plenitud de la divinidad”... ¿Para qué entonces buscar esa divinidad por otros lados? “Por Cristo, que es cabeza de todo poder y autoridad, Uds. han obtenido su plenitud”... ¿Por qué buscar la penitud en otros lados, si Cristo Jesús, el Señor, es nuestra plenitud?. VOCABULARIO, IDEOLOGIA y FACHADAS DEL NEW AGE El New Age es un engaño venido del ocultismo, se presenta con muchas fachadas. La ideología que lo sustenta es de origen pagano. Las ideas y prácticas que constituyen el “New Age” son bien difíciles de inventariar, porque no se presenta este movimiento con una identidad fija, sino con muchas fachadas diferentes. Además, estas fachadas no sólo son muy variadas y confusas, sino que esta corriente surge constantemente con nuevas cosas, nuevas ideas -o ideas viejas convertidas en nuevas- nuevos métodos, nuevas teorías e invenciones. Es decir, es un movimiento teórico y práctico con una capacidad de mutación y de variabilidad realmente asombrosa. De ahí la dificultad en descifrarlo, dividirlo, catalogarlo. Dice así el Arzobispo de Malinas-Bruselas, Mons. Godfried Daneels, en su Instrucción Pastoral sobre Sectas y New Age (1990): “El New Age es difícil de definir. No es una religión, pero pretende ser religioso; no es una filosofía, pero pretende ser una visión del hombre y del mundo, así como una clave de interpretación; no es una ciencia, pero se apoya en leyes “científicas”, aunque haya que ir a buscarlas entre las estrellas. El New Age es una nebulosa que contiene esoterismo y ocultismo, pensamiento mítico y mágico respecto de los secretos de la vida ... y una pizca de cristianismo, todo revuelto con ideas que proceden de la astrología”. El New Age emplea un vocabulario que ya forma parte del léxico de muchos, en el cual se incluyen palabras tomadas del cristianismo, del misticismo oriental, de las ciencias, etc.: armonía, paz, unidad, amor, luz, quietud, energía, ondas, vibraciones, radiaciones, realización personal, toma de conciencia, re-encarnación, karma ...Un vocabulario hecho a la medida de lo que el hombre de hoy desea oír. Sin embargo, a pesar de toda esta vaguedad, hay varias cosas claras: La ideología subyacente del New Age es francamente de origen pagano e incluye las siguientes ideas y filosofías: Panteísmo, Sincretismo, Monismo, Gnosticismo, Teosofía, Esoterismo, Ocultismo, Relativismo moral y práctico, Subjetivismo, Re-encarnacionismo, Idolatría, Misticimo Oriental, Materialismo y Hedonismo, igualación de las religiones, etc. Las formas y métodos en que se manifiesta incluyen las siguientes: revalorización e incorporación de doctrinas paganas y diferentes formas de ocultismo, incluyendo el culto satánico; fomento de la brujería, hechicería, adivinación, santería, voodooísmo, fetichismo, astrología; espiritismo -ahora con un nuevo nombre: “canalización” de espíritus; peticiones a “espíritus” especiales, como el “espíritu de navidad”, por ejemplo; comunicación con seres “superiores” (“maestros ascendidos”, “ángeles”, extra-terrestres); juegos espiritistas, como la ouija, etc; neo-chamanismo, curaciones por contacto a través de la “energía universal” y la apertura y estimulación de los “chakras”, o por cristales; poder mental, metafísica, desarrollo de poderes especiales y de la percepción extra-sensorial; técnicas de desarrollo del potencial “ilimitado” del ser humano, cientología, el eneagrama, etc.; técnicas de meditación oriental, yoga, mantras, etc.; supremacía de “gurúes” y “maestros”; modos de adivinación oriental (Ichin, Tarot, etc.)... y muchas otras disciplinas y técnicas venidas del misticismo oriental; estudio del ocultismo a través de la parapsicología; falsos dioses y divinidades, la divinidad masculino-femenina, o la femenina (madre-tierra), etc., etc., etc. Incorporarse a las ideas y prácticas del New Age puede significar jugar con fuego, estar al borde del precipicio o hundirse en el abismo... tal vez sin darse uno cuenta. Sólo la Sabiduría -con “S” mayúscula- aquélla que no es mero saber humano y que nos viene dada por el Espíritu Santo, puede mostrarnos el engaño que hay en todo ese mundo venido del ocultismo y ayudarnos a optar por la Verdad plena. Fuente Homilía diaria.org
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