sábado, 31 de enero de 2009

El Sacrificio.


Es la tarde de un viernes típico y estás manejando a tu casa.
Sintonizas la radio. El noticiero cuenta una historia de poca importancia, sobre un pueblito de la India donde alguna gente se ha muerto de repente, por motivo desconocido, de alguna gripa que nunca antes se ha visto. No es influenza, pero tres o cuatro gentes
murieron. Es algo interesante y algunos doctores van a ir para alla para investigarlo.

No lo piensas mucho, pero el domingo, de regreso a tu casa de la misa, oyes otra noticia en la radio. Ahora dicen que no son tres personas sino 30,000 personas en las colinas remotas de esta área de India, y sale en las noticias en la TV esa noche. Gente del Control de Enfermedades de Estados Unidos van para allá para investigarlo,porque es una enfermedad muy extraña y misteriosa.

El lunes cuando despiertas, ya es la noticia más importante en la primera página del periódico. Porque no sólo India, sino Pakistán, Afghanistan e Iran,y luego luego la noticia está saliendo en todos los noticieros. Le están llamando “la Influenza Misteriosa”. El presidente ha hecho algún comentario que él y todosestán rezando y esperando que todo vaya bien por allá. Pero todos se están preguntando, “¿Cómo vamos a controlarlo?”, entonces el presidente de Francia hace una declaración que sorprende a toda Europa…él está cerrando sus fronteras.

No habrá más vuelos a toda Francia de India, Pakistán o cualquier otro pais donde se ha visto la enfermedad. Por lo del cierre de la frontera estás viendo las noticias en la noche antes de acostarte; y no lo puedes creer cuando oyes la traducción de una mujer llorando en Francia diciendo: “Hay un hombre en un hospital de Paris muriendo de la Influenza Misteriosa!” Ha llegado a Europa. Hay pánico.

La mejor información dice que cuando lo tienes, lo tienes por una semana y ni cuenta te das. Luego tienes cuatro días de síntomas horribles y luego mueres.

Inglaterra ha cerrado sus fronteras, pero es demasiado tarde…ya se ha presentado casos en South Hampton, Liverpool, North Hampton. Y es el martes en la mañana cuando el presidente de Estados Unidos declara: ” Debido al riesgo a la seguridad nacional, todos los vuelos de Europa y Asia han sido cancelados.

Si tienen seres queridos en el extranjero, lo siento, no pueden regresar hasta que encontremos una cura para la enfermedad”. En los siguientes días hay pánico en todo el mundo y todos tienen miedo. Gente está vendiendo máscaras para tu cara. La gente está contemplando que harán si llega la enfermedad al pais.

El miércoles en la noche estás en la Iglesia por una misa especial para rezar por una cura, cuando alguien entra corriendo diciendo:
“Prendan el radio, que prendan el radio.” Y mientras que todos escuchan, se oye la noticia: “Dos mujeres están en el hospital de Nueva York muriendo de la Influenza Misteriosa”.
En horas, se parece, que la cosa invade todo el pais. Los científicos están trabajando sin parar para encontrar un antídoto, pero nada está funcionando, California, Oregon, Arizona, Florida, Texas…Y de repente, viene la noticia que todos han esperado: se ha decifrado el código DNA del virus. Se puede hacer el antídoto.

Va a requerir la sangre de alguien que no ha sido infectado y, de hecho, en todo el centro del pais, por los medios de emergencia que han estado trabajando tanto, a todos se les pide una sola cosa: ” Que vayan al hospital central de la ciudad para que se les practique un examen de sangre.”
Vas de voluntario con tu familia junto con otros vecinos, preguntándose lo que está pasando, y que esto es el fin del mundo…De repente, un doctor sale del hospital gritando un nombre que ha leído de su cuaderno. Dices: “¿Qué?” y él vuelve a gritar el mismo nombre. Tu hijo chiquito a tu lado te agarra la chaqueta y dice: “¡Papá, ese es mi nombre!”

Antes de que puedas reaccionar, han agarrado a tu hijo. Gritas: “¡Oigan, esperen!” Y ellos contestan: “Todo está bien, su sangre está limpia. Su sangre es pura. Queremos asegurarnos que no tenga la enfermedad. Creemos que el tiene el tipo de sangre correcta.”

Cinco largos minutos después, salen los doctores y enfermeras, llorando, abrazándose y hasta algunos riéndose. Es la primera vez que has visto a alguien reir en una semana. Un doctor de mayor de edad se te acerca y te dice: “Gracias, señor, la sangre de su hijo es perfecta. Está limpia y pura, y podemos hacer un antídoto contra la Influenza Misteriosa”. La palabra empieza a correr por el estacionamiento y todos están gritando, rezando, riéndose de felicidad, llorando…

Pero en eso el doctor se te acerca nuevamente a ti y a tu esposa y dice: “¿Podemos platicar en privado un momento? Es que no sabíamos que el donante sería un niño y necesitamos que firmen este formato para darnos el permiso de usar su sangre”. Empiezas a leer el permiso cuando te das cuenta que no han llenado la cantidad de sangre que necesitan tomar. “¿Pues, c…c…cuanta sangre?” Fue cuando la sonrisa del doctor se desaparece y contesta. “No pensábamos que iba a ser un niño, no estábamos preparados.

¡La necesitamos toda!”

No lo puedes creer y tratas de contestar…”Pero…pero…” El doctor te sigue insistiendo: “Usted no entiende. Estamos hablando de todo el mundo. Por favor firme. Lo necesitamos…todo”.

Preguntas…”¿Pero por qué no le pueden dar una transfusión de
sangre?” Viene la respuesta: “Si tuviéramos sangre limpia podríamos. ¿Firmará? Por favor firme.”
En silencio y sin poder sentir los mismos dedos que tienen la pluma en la mano, lo firmas… Te preguntan…”¿Desean un momento con su hijo antes de que empezemos?”

Puedes ver a tu hijo? Puedes caminar hacia esa sala de emergencia donde tu hijo está sentado en la cama diciendo…”¿Papá? ¿Mamá? ¿Qué está pasando? ¿Puedes tomar su mano y decirle: “Hijo, tu mamá y yo te amamos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no tenía que ser.”?

¿Comprendes eso? Y cuando ese doctor regresa y te dice: “Lo siento. Necesitamos empezar. Gente en todo el mundo está muriendo.”
¿Te puedes ir? Puedes darle la espalda a tu hijo y dejarlo ahí mientras él te dice: “¿Padre? ¿Madre? ¿Por qué me han abandonado?

Y la siguiente semana cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, alguna gente se queda dormida en la casa, otros no vienen porque prefieren ir a la presa o ver un partido de futbol, y otros vienen a la ceremonia con una sonrisa falsa y fingen que les importa.

¿Quisieras pararte y gritar: “¡MI HIJO MURIÓ POR USTEDES! ¿QUÉ NO LES IMPORTA?”

Tal vez eso es lo que Dios quiere decir: “MI HIJO MURIÓ…¿QUÉ NO SABEN CUANTO LOS AMO?” Juan 3:16.

Padre Nuestro, viéndolo desde tu punto de vista nos rompe el corazón. Tal vez ahora podemos empezar a comprender que tan grande es tu amor por nosotros.

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