lunes, 5 de enero de 2009
El Corazón más Hermoso
En un pueblo del oriente, vivía un Príncipe que se ufanaba de tener el corazón más lindo y perfecto del reinado. Salía por las calles y mostraba su corazón al pueblo en las plazas, y decía que su corazón era el más perfecto y hermoso. Pero un día cuando el Príncipe estaba mostrando su corazón en una plaza; se acercó un hombre y dijo que él era un hombre, con un corazón más hermoso que el del Príncipe. Al oír esto el Príncipe se acercó ¡ y retó al hombre a que mostrara su corazón !. Entonces aquel hombre mostró su corazón: Estaba todo deformado por cicatrices, bordes que sobresalían, agujeros y remiendos. En ese momento el Príncipe le dijo: ¿como puede usted decir eso?, ¡¡ si ese corazón era el más imperfecto que él había visto !! Sin embargo el hombre le respondió: 'Cuando yo comparto con alguien, le doy un pedazo de mi corazón. Si la persona me corresponde reemplazo el trozo de corazón que entregué, con el corazón de otra persona que también me ofrece un trozo de su corazón a cambio. Por eso es que a veces los bordes resaltan porque son más grandes ó más pequeños, que el trozo de corazón que yo entregué. Cuando doy un trozo de mi corazón, y ese ofrecimiento no me es correspondido, quedo con un agujero en ese lugar. También tengo cicatrices, porque muchas veces me han maltratado y causado heridas, pero yo sigo igual entregando un trozo de mi corazón a las personas que conozco”. Por esto considero que mi corazón es mas bello que el de usted. Su corazón nunca ha sido maltratado, ni se ha ofrecido, eso no hacía su corazón bello sino inútil. Al oír esto el Príncipe se sacó un trozo de su corazón y se lo entregó al hombre. A cambio ese hombre tomó un trozo de su corazón y se lo entregó al Príncipe, el cual colocó con mucho orgullo sobre el agujero que había dejado por su entrega. Y marchó orgulloso mostrando su corazón y entregando un trozo de él, a las personas con las que compartía. Este cuento nos invita a reflexionar, sobre la belleza de nuestro corazón. ¿Cuantas veces lo hemos ofrecido? ¿Cuantas veces hemos recibido uno a cambio? ¿Cuantas cicatrices tenemos? ¿Seguimos ofreciendo el nuestro a pesar de todo?
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