jueves, 22 de enero de 2009

El Valor de Agradecer

                                             Se habla frecuentemente de una "crisis de valores", referenciados en las múltiples expresiones de descomposición social y la degradación de las relaciones entre los seres humanos.
Aunque es válida esa acepción, preferimos mas bien señalar que dada la crisis social, familiar e individual, los valores que todos poseemos no alcanzan su expresión real, son obnubilados, desestimados, des-aprovechados. En otras palabras, los valores están siempre, potencialmente presentes en el individuo, pero es éste quien no hace uso de ellos. Podríamos comparar esta cualidad intrínseca del ser humano con la inteligencia, siempre está presente y es posible aprovecharla y fortalecerla, pero hay diferencia en su empleo y aprovechamiento.
El AGRADECIMIENTO COMO VALOR, muy poco reflexionado pero con profundas implicaciones sobre quien lo ejerce. A el se le oponen el orgullo, el egoísmo, la vanidad, la falta de humildad, el desinterés, la ausencia. Para agradecer hay que saber conceder que hemos recibido de otro, que hay un favor hacia nosotros, que tenemos el apoyo en otro. Es la anterior una posición bien difícil en un mundo individualista que destaca fundamentalmente la exaltación del "yo".
Cuando Tomás de Aquino, definía la palabra "gracia" la relacionaba con tres cosas:
1. La benevolencia que alguien, normalmente un superior o soberano, tiene por alguien: "el emisario halló gracia ante el rey…";
2. Aquello que alguien otorga a alguien, precisamente como signo de la actitud mencionada: "…y le concedió la gracia de la libertad para su padre…";
3. La expresión de felicidad y bienquerencia que esto otorgado produce en quien lo ha recibido: "…entonces el emisario le dio infinitas gracias".
Según esto, el agradecer se inscribe en la lógica de la gracia, y por tanto en la del reconocimiento de todo aquello que se recibe. Por consiguiente, aprender a agradecer supone que se ha aprendido, o por lo menos se está aprendiendo a reconocer la necesidad de Otro (Dios) y otros (nuestros semejantes)..
Todos necesitamos de los demás, incluso el mas poderoso, pero no todos reconocemos nuestra necesidad de los demás. Indudablemente la principal necesidad de favores está dirigida a Dios, quien Es El que los concede todos. Pero aun ante El, quienes creemos, tenemos una actitud muchas veces de formalismo o de incomprensión del significado del AGRADECIMIENTO.
Quién no es agradecido, "no sabe disfrutar de lo que tiene, porque no se percata de lo que tiene; sólo lo valora cuando lo ha perdido y, entonces, se convierte en otro motivo mas para quejarse y aumentar la autoconciencia de su desdicha"...





El consumismo en el cual estamos sumidos genera actitudes más desagradecidas. La publicidad crea necesidades ficticias y genera exigencias en las personas, dándoles la impresión de ser desdichados sino alcanzan los productos que se les ofrecen...

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