miércoles, 21 de enero de 2009

En búsqueda de la verdad

                                                                                                     “La verdad sólo podemos encontrarla si la buscamos en nosotros mismos, nunca a base de argumentos y discusiones.
Si alguien lee “Dios” en vez de “verdad”, es lo mismo. Pues la verdad es Dios”.
“Para encontrar un diamante hay que trabajar muy duramente y remover cientos de toneladas de tierra y piedras.
¿Empleamos nosotros al menos una mínima parte de ese trabajo en eliminar la escoria de la falsedad y en buscar el diamante de la verdad?”

“¿Cómo puede conocer la verdad alguien en cuya alma bullen constantemente las pasiones? El bullir de las pasiones en el alma es como una tempestad en el océano. En la tempestad del océano, el timonel se salva si sujeta con fuerza el timón, y en la tempestad del alma sólo sale victorioso el que se apoya en el rama-nana (invocación del nombre de Dios)”
“La clave de la felicidad consiste en honrar la verdad, dadora de todas las cosas.
Pero ¿cómo hemos de honrar la verdad? ¿Quién conoce la verdad?
Nosotros nos referimos a una verdad relativa, a lo que se nos muestra como verdad. La experiencia nos demostrará que es muy difícil seguir la verdad, incluso entendida en ese sentido limitado”

“Guardémonos del saber engañoso.
Es el saber engañoso lo que nos mantiene alejados de la verdad o nos aparta de ella. Aun la más pequeña falsedad echa a perder el ser humano, del mismo modo que una gota de veneno arruina todo un mar”.

http://www.dominicos.org/formacion/REFLEXION2-1.HTM

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