miércoles, 21 de enero de 2009

La Piedra en el Camino


Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió para ver si alguien quitaba la tremenda roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y varios cortesanos pasaron por el camino y simplemente le dieron una vuelta; muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.
Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, pudo lograrlo.
Mientras recogía su carga de vegetales, notó una cartera en el piso, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino sabía lo que los otros nunca entendieron: “Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar tu condición”.




Las piedras no son enemigas, son amigas que intentan enseñar, fortalecer y mostrar el camino mejor; hacen humildes al corazón vanidoso y orgulloso que un camino fácil eligió; logran que aterrice aquel que de su realidad se olvidó. Las piedras son Maestras de la vida, instrumentos que sirven para despertar, fortificar, modelar y hacer madurar al corazón.



No te quejes de las piedras del camino, reflexiona en lo que te quieren mostrar y enseñar; quizás solo se atraviesan para que hagas un pare en tu caminar, retomes nuevas fuerzas y logres mucho más lejos llegar... el dolor no deforma, sino que transforma, es necesario caer para aprendernos a levantar, tropezar para poder ir con más seguridad, dando pasos cortos con pisadas firmes que dejen huellas que otros quieran seguir y continuar.



Superar las piedras del camino, hacen que los hombres y mujeres adquieran madurez y sabiduría.



Si alguna vez caes, levántate y sigue adelante.

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