miércoles, 28 de enero de 2009

Legalismo Religioso o Fariseísmo Moderno

“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como éste publicano; Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será exaltado.” Lucas 18:9-14. Los fariseos eran legalistas religiosos que habían logrado desarrollar un método de interpretación de los libros de la ley, la cual requería prácticas minuciosas y detallistas para llegar a la santidad. Los fariseos confiaban en su conocimiento meramente intelectual, en su interpretacion tradicional de las leyes de Dios y se consideraban a sí mismos justos, exáltandose por creerse más buenos, o más santos o más religiosos o más sabios que los demás.
Jesús les llamó hipócritas porque “aparentaban” ser justos, pero su corazón estaba lleno de maldad. Los legalistas creen que poseen la verdad, y atacan a todo aquel que disienta de sus interpretaciones, o defienden su verdad a capa y espada. Nosotros sabemos que la Palabra de Dios no necesita que nadie la defienda, la Palabra de Dios se defiende sola. La Biblia es un libro que esta vivo y que habla a cada cual según sus necesidades personales, y habla además a diferentes grupos de personas, gentiles, cristianos, y judíos en lo general. La Biblia va mucho más alla de interpretaciones religiosas. No se puede encajonar, porque la verdad no se puede encerrar. La Palabra de Dios va hasta donde Dios quiere y hace lo que Dios quiere que haga, sin tomar en cuenta nuestra volición.

“Cuando vió esto el fariseo que le habia convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora... Y a ella [Jesús] le dijo, tus pecados te son perdoandos. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa [fariseos], comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste que también perdona pecados? ” Lucas 7:39 y 49

Los fariseos se caracterizan por criticar y después juzgar todo lo que los rodea, creyendo que son mejores que los demás. Ven la paja en el ojo ajeno, pero no ven la viga en el propio. Murmuran entre sí e inyectan dudas a los que los rodean respecto a determinada persona, por lo general alguien que no es fariseo como ellos. Pueden perjudicar grandemente a una persona creyendo firmemente que estan sirviendo a Dios, creen que los motiva la justicia, cuando en realidad Satanás está detrás de cada una de sus murmuraciones, contiendas y dudas. Los fariseos son como "aves de mal agüero", su presencia presagia peligro.

Aparte de creer que saben todo, que son justos, sabios y santos, los fariseos no son capaces de reconocer cuándo Dios está actuando con poder en la vida de alguien, sino que, sin empacho alguno, emiten su juicio: Está endemoniado. También y por la misma naturaleza corrupta de sus corazones son personas que pueden ser usadas por el diablo para tratar de tentar a los hijos de Dios. El legalista trabaja sutilmente, sabe usar las palabras con los acentos adecuados para provocar las reacciones deseadas, y actúa creyendo sinceramente que lo que hace lo hace para servir a Dios. También autojustifican diciendo que son buenos porque nunca han matado a nadie, porque van a la iglesia, ayunan, oran, pero no se dan cuenta que sus lenguas se mueven con la velocidad de la serpiente, para fluminar a otros. Los fariseos levantan el dedo acusador para desviar la atención de los demás, para que nadie se de cuenta de sus propios pecados, de la triste condición de su pobre corazón entenebrecido.

“Ahora bien, vosotros los fariseos, limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estan llenos de rapacidad y de maldad. Necios, el que hizo lo de afuera, no hizo también lo de adentro? Lucas 11:39

En este pasaje de la escritura, los fariseos se alarmaron porque Jesús no se lavó las manos antes de comer. ¡Hasta en eso se fijaban! Los legalistas buscan los más mínimos defectos en los siervos de Dios, los juzgan, levantan contienda y division en contra de ellos, hasta despedazarlos. Lo hiceron con Jesus, al cual asesinaron por no sopartar que fuera diferente, que predicara la LIBERTAD de alabar a Dios por sus maravillas, porque predicó a los pecadores y se sentaba a comer y beber con ellos. ¡Los fariseos no pueden sentarse a comer y beber con pecadores, porque los juzgarán por sus pecados!

Los legalistas cuidan mucho las apariencias, pero se olvidan facilimente del amor y la justicia de Dios. Si Dios fuera legalista, desde cuando todos nosotros estuviéramos muertos. Pues la palabra de Dios dice que POR CUANTO TODOS pecaron están destituidos de la gracia de Dios. Y que aquél que se dice libre de pecado, aparte de estar mintiendo, hace a Dios mentiroso. Ese es el primer paso para NO SER legalista. Tener compasión por los pecadores, y reconocer que nosotros estamos o estuvimos ahí, y por LA GRACIA DE DIOS, y no por nuestras obras, fuimos salvos. Y si Dios lo hizo conmigo, y contigo, lo puede hacer con todos los pecadores que se arrepientan. Por lo tanto, tenemos que amarlos como Cristo amó a su iglesia, y dio su vida por ella. Nosotros debemos predicar arrepentimiento en amor, y la justicia debemos dejársela a Dios.

¡Ay de ustedes, fariseos! Que aman las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócristas! Que son como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben. Lucas 11: 43-44

Desgraciadamente, los fariseos están activos y vivos en la iglesia de hoy, como lo estuvieron hace mas de dos mil años cuando crucificaron al Señor. Se esconden, espían, levantan sus oídos para oír pláticas ajenas, y luego esparcen rumores falsos. Dejan que los incautos confien en ellos y en cuanto éstos se equivocan, abren sus fauces para acusarles y luego devorarles. Confrontar a un legalista es participar de legalismo. Lo primero que dirán es, perdóname, no lo volveré a hacer, pero inmediatamente después toman ofensa, y actúan en consecuencia, preparan planes de destruccion, y los ejecutan. Solo la gracia y el Poder y la proteccion sobrenatural de Dios pueden librarnos de sus maquinaciones. Pero sabemos que lo hicieron con mi Señor, y lo siguen haciendo con los siervos y siervas de mi Señor, hoy en día. ¡Que el mismo Señor les reprenda!¡Ay de ustedes también, intérpretes de la ley! Porque cargas a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero ustedes ni aún con un dedo las tocas! Lucas 11:46¡Ay de ustedes, intérpretes de la ley! Porque habeís quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrastes, y a los que entraban se los impedistes! Diciendoles él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase de muchas cosas; acechándole y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle. Lucas 11:52-53

Legalismo Religioso o Fariseismo Moderno
Los fariseos legalistas te critican como haces tu servicio al Señor, pero no son capaces de comprometerse ellos mismos en ningun servicio al Señor. Envidian el ministerio que tienes, pero no le piden a Dios que los use en Su servicio. Imponen cargas que uno apenas puede llevar mientras ellos de lejos miran sin intentar ayudar. Si alguno se atreve a crecer en el Señor, de inmediato lo bajan. Ponen trampas y esperan con la paciencia de cazadores a que los incautos o simples caigan en ella, para luego acusarles a gran voz. Los fariseos odiaban a Jesus porque Él era libre, y hablaba con libertad y denuedo la VERDAD. Porque no se sometía a la religion ni vino a imponer una religion nueva, SINO QUE VINO A MOSTRARNOS EL CAMINO AL CIELO por Gracia, no por obras, por eso lo mataron. ¡Demonio tiene, dijeron!“Guardaos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habeís dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habeís hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.” Lucas 12:1ª-3

Si tu has sido víctima de estas aves rapaces dentro de tu iglesia, lo primero que debes hacer es PERDONARLOS porque no saben lo que hacen, nunca lo han sabido, y si Jesús perdonó a los fariseos de su tiempo que a gritos proclamaban ¡Crucificadle! Nosotros tenemos que perdonarles para que LA SALVACION verdadera llegue a ellos. Tenemos que liberarlos de la ofensa y entregarlos en las manos de Dios. Nosotros sabemos, porque la Biblia dice que ¡Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo! Por lo tanto, y por amor a Cristo, ora pidiéndole a Dios que esos fariseos puedan ver el amor de Cristo en ti, y se arrepientan y se conviertan a Él.
"En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere ahí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros." Lucas 10:5-6
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