sábado, 31 de enero de 2009
Siempre estaré para ti
Querido hijo:
Hoy he visto algo en tu rostro, he visto tus ojos tristes, tus lágrimas salir de una manera tan dolorosa, he visto en tu rostro tu desesperación, tu falta de fuerza, he visto tu espíritu desfallecer, y me he entristecido junto contigo al verte así, sabes hij@ que te amo tanto que en verdad me duele verte sufrir, por eso quiero decirte: habla conmigo, te invito a que vayamos a un lugar a solas tu y yo, a que me cuentes que te pasa, a que me digas todo, déjame ayudarte, déjame secar esas lágrimas, déjame decirte cuanto te amo, déjame demostrarte cuán importante eres para mí, no hay nada que no pueda hacer por ti, si todo lo he dado por amor a ti.
Sabes, mientras estuve en el mundo, al igual que tú sufrí, pasé pobreza, soporté humillaciones, burlas, agresiones, me persiguieron, sentí dolor, lastimaron mi cuerpo, créeme cuando digo que se lo que sientes, lo viví llegué a la muerte más cruel, pero sabes, todo fue por ti, deje que me hicieran todo eso, lo soporté pensando en ti, morí por ti, hasta el último momento estuviste en mis pensamientos, morí gritando tu nombre y tu libertad, te compré una nueva vida, a precio de sangre, en mi muerte lleve tus pecados, tus enfermedades, tus tristezas, tus dolores, te compré un lugar donde estuvieras a salvo, limpio, libre, feliz, nadie nunca te amará como te amo yo. Deja todo eso que vienes cargando y entra en mi presencia, donde tus deudas son saldadas, tu dolor es cambiado en gozo, eso que tanto te preocupa está resuelto, dame todo en mis manos, yo te ayudo, ¿Te sientes solo? Yo soy tu amigo, tu Padre, tu hermano, ¿Te sientes enfermo? Yo llevé tus enfermedades en mi cuerpo, yo soy tu médico, soy tu sanador, ¿Te sientes cansado? Yo tengo una porción de fuerza para ti, ¿Eres perseguido? Yo soy refugio y torre fuerte.
No llores más, que yo soy tu Dios, te escucho, te acompaño en cada momento, he estado contigo desde antes que nacieras, desde entonces ya te amaba, ya sabía tu nombre, ya veía tu corazón.
Hoy te hago esa invitación, para que encuentres en mi eso que tanto necesitas en este momento, no tienes que hacer nada más que aceptar, solo acércate que yo siempre estoy atento a tus necesidades.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.
(Salmos 2:8)
No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
(Isaías 41:10)
SIEMPRE ESTARÉ PARA TI…
Autora: Maite Leija
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