domingo, 18 de enero de 2009

La piedra

Un día, Fardrus el griego estaba paseando por el jardín, y tropezó con una piedra. Entonces, se irritó, se volvió para recoger la piedra del suelo y dijo con ronca voz: "¡Cosa muerta que te has atravesado en mi camino!"Y tiró la piedra lejos.Y almustafá, el elegido y bienamado, dijo:"¿Por qué dices que esa piedra es una cosa muerta? Con el tiempo que has pasado en este jardín, ¿no sabes que no hay en él nada que esté muerto? Todas las cosas viven y resplandecen a la luz del día y en la majestad de la noche.Tú y la piedra sois uno; la única diferencia radica en los latidos del corazón. Pensarás, amigo mío, que tu corazón late un poco más de prisa; y es verdad, pero no es tan sereno como el de la piedra.Tal vez el ritmo de la piedra sea distinto, pero yo te digo que si sondeas las profundidades de tu alma y mides las alturas del espacio, oirás un sola melodía, y en ella cantan al unísono la piedra y la estrella con perfecta armonía.Si mis palabras no llegan a tu entendimiento, no importa; ya las entenderás cuando llegue otra aurora. Si has maldecido esa piedra donde tropezó tu ceguera, deberías maldecir también la estrella si tu cabeza chocara con ella en el cielo.Día llegará en que juntarás piedras y estrellas como el niño que recoge lirios del valle, y entonces sabrás que todo eso tiene vida y aroma."


“En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre. No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento”

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